En memoria de todos los Canarios.


La isla de Gran Canaria sufrió entre los siglos XIV y XV un violento conflicto bélico entre dos culturas completamente antagónicas.
Esta sería, en resumen, la definición más corta que podríamos hacer sobre la cruel y desigual contienda vivida en la isla durante casi 139 años.
La primera de estas culturas, la Cultura Canarii -venida desde el norte del continente Africano-, regía en la isla de Gran Canaria desde hacía al menos 2000 años, tutelando el devenir diario de sus habitantes con una sociedad perfectamente estructurada, adaptada al medio y en la que, en consonancia con la naturaleza y con los Astros, hacía gala (entre otros muchos) de unos conocimientos de suma valía a la hora de interpretar y predecir períodos estacionales de abundancia o escacez, confeccionar calendarios a corto, medio y largo plazo y mantener un estilo de vida que, aunque con grandes diferencias debidas a siglos de insularidad, concordaba con las más ancestrales costumbres étnicas nord-africanas.
La segunda, venida por mar desde el continente europeo, con un dilatado historial bélico y un profundo ingenio armamentístico fruto de siglos de guerras y luchas (ya no solo entre países vecinos, sino incluso en el seno de cada país o territorio en particular) contrarrestaba esta preponderancia militar con un refinado dominio de las artes y las letras, la metalurgia y la navegación y que, -en el caso que nos ocupa en concreto- trató por las armas no solo de arrebatar la isla de Gran Canaria a los que hasta entonces eran sus legítimos habitantes, sino echar tierra sobre una cultura y una sociedad a la que veían como barbara e infiel; escudados bajo el proteccionismo de la religión, el aumento de los conocimientos expansionistas del mundo y la conversión de infieles.
La Historia del pueblo Canarii, es ya de por sí un episodio apasionante de nuestro pasado que poco a poco va siendo desvelado gracias a los estudios que se realizan en base a la documentación existente, como a la información que sobre ésta se obtiene a través de los trabajos de campo e interpretación de los Yacimientos Arqueológicos.
Mucho más conocemos del periodo de conquista de la isla, un periodo regido por las armas, plagado de héroes y villanos tanto en uno como en otro bando en litigio, de intrigas palaciegas y luchas intestinas; pero sobre todo, de intereses y miradas puestas sobre una isla y una tierra llamada Gran Canaria.
El rescate de esa historia apasionante vivida hace alrededor de 600 años, su conocimiento y su trasmisión a las futuras generaciones; se me antoja no solo un deber de las personas de este tiempo, sino una de las mayores y mejores contribuciones que podemos legar a nuestros hijos junto con la conservación y dinamización del enorme patrimonio que de los Antiguos Canarios, hemos heredado.




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